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Miguel Pichetto: "Espero un aggiornamiento republicano del kirchnerismo"

Ocupó un rol esencial liderando el Senado en la actual coalición gobernante y también en la oposición, como candidato a vicepresidente. Desde allí analiza cuál será el efecto de la crisis económica sobre un electorado empobrecido y qué pasará con un peronismo que no podrá hacer una política distribucionista. Para él, no son una buena señal “los abogados montoneros en Guernica”. Sin embargo, dice que el kirchnerismo y sus aliados pueden ser ese partido de centroizquierda que necesita la democracia. Incluso, imagina un armisticio entre políticos que fueron enemigos durante mucho tiempo para un acuerdo en la sociedad.



El peronismo podría enfrentar una situación comparable con la del radicalismo en 2001. Ser un gobierno que fracase y que eso lo lleve a un período de desarticulación. ¿Cuál es tu mirada sobre el futuro del espacio político?


—Tal vez no será un colapso ni un fracaso estrepitoso. Quizás se trata de un gobierno de medianía, que deberá hacer necesariamente el ajuste que determine un proceso económico. No será como en las épocas importantes de la recuperación de la Argentina 2005, 2006, sino algo más complejo. Es el escenario que encontró Alberto Fernández. Se encontró además con un cisne negro.


“El peor escenario es que se impongan las ideas de un marxismo socialista en el Gobierno.”

—¿Lo ayudó o lo empeoró?


—Lo empeoró. Aunque no es imputable a él. Habría que reflexionar sobre lo largo y prolongado de la cuarentena en la economía. En otros países que tuvieron cuarentenas más cortas la economía tiene más posibilidades de reactivarse. Jair Bolsonaro fue criticado fuertemente, pero hoy Brasil tiene un proceso de recuperación muy importante.


—Pero en las elecciones municipales perdieron sus candidatos.


—La evaluación tiene que ver con la crisis sanitaria. Lo mismo le pasó a Donald Trump.


—Y también perdió el oficialismo en Bolivia. Algo similar pasó en Chile y en Perú, con tres presidentes.


—El impacto de la pandemia afecta la economía y también afecta las imágenes de los gobernantes.


—Alberto Fernández anunció que no tenía un plan económico y que había que solucionar la renegociación con los acreedores privados externos para luego tener un presupuesto. ¿El hecho de la pandemia que congeló el tiempo no le permitió también posponer eso que a lo mejor no tenía?


—Lo veo como un inconveniente, no como un beneficio. Le dio una centralidad y una agenda por un momento determinado, de un carácter efímero. No hay nada que dure para siempre, y mucho menos en política. Las emociones en la Argentina siempre son negativas en el ejercicio del gobierno. Hubo una visión también casi malvinera, de propaganda. “Vamos a superar esto”. El acuerdo con los acreedores privados debió ser más rápido.

—No fue por culpa de la pandemia, porque el objetivo era tenerla a fin de marzo y la pandemia comenzó en ese momento. Se hubiera prolongado igual.


—Se prolongó también en el tira y afloje, fue una negociación demasiado prolongada. Al final del camino tuvieron que mejorarla notablemente para poder acordar. Está bien que hayan acordado. El peor escenario siempre es el default, es un agujero negro que coloca a la Argentina afuera del mundo. Si la pregunta es si hay que hacer ajustes y acordar con el Fondo, la respuesta es sí.


(Fuente www.perfil.com).


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